HISTORIA DE LOS LIMPIAPARABRISAS
Si bien es cierto
que el invento del limpiaparabrisas se atribuye a tres personas, que tuvieron
la misma idea en 1903: Mary Anderson, Robert Douglas y John Apjohn, fue el
sistema de Anderson el más eficaz y el más generalizado entre los fabricantes
de la época. La patente de este sistema, número 743.801, se aprobó por la
Oficina de Patentes de los Estados Unidos el 10 de noviembre de 1903.
En retrospectiva, imaginar que una mujer de principios del siglo XX pudiera tener injerencia sobre el funcionamiento de un producto relacionado con los hombres como eran los automóviles en esos tiempos, sería casi una imprudencia. Pero dentro de ese pequeño grupo de mujeres que durante la primera década del 1900 lucharon por sus derechos y por la igualdad de condiciones para trabajar, estudiar y participar de la política, hubo muchas de ellas que soñaron con mejorar la calidad de vida de sus pares desde la inventiva.
Lamentablemente
y no por ser mujer, la historia de Mary Anderson como la de muchos otros
inventores que sufrieron la prepotencia de las corporaciones fabricantes de
vehículos, es casi desconocida por la mayoría de las personas. Anderson estaba
fascinada por la era de los automóviles y casi por casualidad, vio en su mente
la manera de resolver un problema o limitación que hasta ese momento los
conductores tomaban como algo normal y parte del vehículo que conducían: Cuando
el parabrisas se ensuciaba detenían el auto, se bajaban y lo limpiaban. Claro
que esto no exceptuaba al conductor de tener que bajarse una docena de veces en
caso de una tormenta de nieve o lluvia, lo que hacía también estragos en su
ropa.
En
1903, durante un viaje de su ciudad natal Alabama hacia Nueva York, Mary
Anderson vio cómo los conductores se bajaban constantemente a limpiar los
parabrisas durante una nevada, lo que le pareció ridículo entendiendo que el
concepto del automóvil de esos tiempos era el de brindar comodidad a quien
pudiera adquirirlo. Así es como comenzó a elaborar diseños caseros en papel de
un dispositivo que pudiera ser activado desde el interior del vehículo para
despejar el parabrisas.
En
1904 Anderson se acercó a la oficina de patentes de Nueva York e inscribió un
sistema de brazo giratorio con una lámina de goma en su cuchilla, la cual se
apoyaba sobre el parabrisas y era manejada desde el interior del vehícuilo con
una palanca manual. Este invento fue patentado como “Brazo giratorio para
despejar el parabrisas”. La patente fue publicada en 1905 y a pesar de que años
antes habían sido patentados dispositivos similares, el de Mary era el único
que efectivamente funcionaba y podía ser replicado a bajo costo para la
producción masiva.
El
contexto de la época no colaboró para que Anderson lograra masificar su invento
y los motivos sobraban: Las mujeres no tenían un espacio de participación en
las empresas ni en las decisiones comerciales, los vehículos no eran muy
populares todavía en ese momento (Todavía faltaban 3 años para que se
masificaran con la salida
al mercado del modelo T de Ford). Incluso, al venir de una
mujer, el invento fue causa de burlas, chistes de mal gusto e incluso víctima
de las críticas de los conservadores que pensaban que podría ser una
distracción fatal para el conductor.
A
pesar de todo esto, para 1913, todos los vehículos de uso particular poseían
limpiadores de parabrisas mecánicos, rediseñados por las propias compañías
fabricantes de automóviles y luego de que la patente de Mary Anderson caducara
dentro de un cajón sin ser utilizada ni reconocida nunca en la historia por
ningún fabricante.
Curiosamente, uno de los primeros
limpiaparabrisas eléctricos fue inventado por otra mujer, la canadiense
Charlotte Bridgwood, que lo registró en 1917 con una patente estadounidense.
El
inventor William M. Folberth y su hermano Fred solicitaron una patente para un
limpiaparabrisas automático en 1919, que fue concedida en 1922. Fue el primer
mecanismo automático desarrollado por un estadounidense, pero el invento
original es atribuido por otros al hawaiano Ormand Wall. Trico resolvió
posteriormente una disputa de patentes con Folberth y compró la compañía Folberth’s Cleveland, la Folberth Auto Specialty Co.
El
nuevo sistema accionado por vacío se convirtió rápidamente en equipo estándar
en los automóviles, y el principio de vacío estuvo en uso hasta aproximadamente
1960. A finales de la década de 1950, apareció por primera vez una
característica común en los vehículos modernos, que hacía que los limpiaparabrisas
funcionaran automáticamente durante dos o tres pasadas cuando se pulsaba el
botón del limpiaparabrisas, por lo que también era innecesario encenderlos
manualmente.
Pasaron
50 años para que el brazo mecánico de Anderson volviera a convertirse en
polémica. En 1964 el ingeniero estadounidense Robert Kearns inventó y patentó
una decisiva mejora, el limpiaparabrisas intermitente. Según su análisis como
inventor, la necesidad de pausar la frecuencia de barrido del limpiaparabrisas
se debía a que el movimiento contínuo dificultaba y distraía al conductor en su
visibilidad. Esta pequeña pausa de 4 segundos que diseñó simulaba el parpadeo
de un ojo y relajaba al conductor.
Bob Kearns en 1995
El
desarrollo consistía en un sistema diseñado con componentes eléctricos
estándar. El ritmo de los limpiaparabrisas era regulado mediante la carga de un
condensador que retenía el movimiento. Cuando la carga alcanzaba un cierto
voltaje, el condensador se vaciaba y esto producía la activación del motor eléctrico
del limpiaparabrisas por un ciclo.
Pero
nada fue fácil para Kearns. Así como le pasó a Anderson, cuando decidió ir a
mostrar su invento a la empresa Ford (empresa que admiraba y en la que confiaba
profundamente, además de considerarla un ejemplo de la industria americana,
según comentó su hija en una entrevista), estos lo desestimaron por
considerarlo poco práctico. Bajo el argumento de que una patente que no se
diferencia mucho del invento original es considerada “poco práctica” para
implementarse en un vehículo, Ford robó la idea de Kearns y lanzó en 1969 su
primer coche con limpiaparabrisas intermitente.
Robert
Kearns sintió un gran dolor por la traición y desde ese día dedicó todo el
resto de su vida a lograr que las compañías que robaron su invento (compuesto
por más de 30 patentes lo que hacía que el argumento de Ford sobre la “idea
poco original” no tuviera sustento) pagaran por el error cometido.
A
pesar de que se había criado en un barrio de clase obrera de Detroit en la
década del ’30, Bob era un hombre astuto y muy capacitado: Era un talentoso
violinista, trabajó en inteligencia para la CIA durante la Segunda Guerra
Mundial y tenía dos títulos de ingeniería eléctrica (Detroit y Wayne
University) y un doctorado en el Case Institute of Technology
predecesora de la Case Western Reserve University.
Juicios
millonarios y una historia de película
Kearns
le presentó a Ford el invento con el objetivo de producir y distribuir el
limpiaparabrisas, pero en su lugar fue copiado, no sólo por Ford, sino también
por Chrysler, G.M y Mercedes. Durante los siguientes 20 años se dedicó a luchar
contra los ejércitos de abogados de estas corporaciones para lograr el
reconocimiento a su invento, logrando que Ford pagara 10 millones de dólares
por el plagio y Chrysler otros 15 millones de dólares.
Lamentablemente,
ninguna compañía reconoció a Kearns en vida (falleció de cáncer en 2005)
por lo que no logró su objetivo de ver a estas empresas admitir que
habían robado su idea. Su titánica lucha contra estas compañías fue retratada
en la película “Destellos de Genialidad” (Flash of Genius) de
2008, donde Greg Kinnear interpreta a un astuto Robert
Kearns en su lucha contra la burocracia jurídica de los Estados Unidos de esa
época.
En
esta imagen se puede ver una línea de tiempo donde Ford reconoce tanto el
legado de Mary Anderson como el de Robert Kearns en el desarrollo e inventiva
de este producto imprescindible en los vehículos de la actualidad:
(cc) flick Ford Motor Company
Extraído y
recopilado de :
https://www.fayerwayer.com/2011/10/el-origen-de-el-limpiaparabrisas/
https://zonadelmotor.com/limpiaparabrisas/historia-del-limpiaparabrisas/
Descarga la Película
“Destellos de Genialidad” https://mega.nz/file/Y74kQRZK#9rEWGkB0W_JUCizQbMaXeZgIa3q_Va4a2Rj4pVIyi8U
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